lunes, 26 de agosto de 2013

EL FIN DE LOS CICLOS DE LA MODA

Internet y su capacidad para difundir información a nivel global y de una manera rápida y el fin de un ciclo de bonanza, sustituido por una crisis económica sin precedentes, están alterando de forma radical la forma en que la gente nos enfrentamos a la compra de moda. Desde el sofá de casa, cómodamente, podemos ver toda la oferta que se ofrece por parte de las marcas, y elegir. Por otra parte, la situación económica, nos ha llevado a reorganizar nuestras prioridades en el gasto, y el vestir, que es una de las necesidades básicas del hombre, también se ha visto afectado. Este nuevo contexto en el que nos movemos, puede alterar sustancialmente lo que durante mucho tiempo han sido los ciclos tradicionales en los que se mueve la moda.

Se pueden considerar 4 etapas bien diferenciadas en cada uno de los ciclos en los que se mueven la moda.

1.- CREACIÓN. Las grandes empresas de moda LVMH, Kering, con todas sus marcas, Dior, Chanel, Armani, Versace, Cavalli o Michael Kors, solo por citar algunas, tiene un papel fundamental a la hora de desarrollar tendencias. Recogen todas las impresiones de los coolhunters, para luego decidir diseños, texturas, colores que luego traducirán en colecciones. Cuentan con la colaboración de los medios de difusión necesarios, revistas especializadas, directores de moda, estilistas influyentes, en una simbiosis empresarial muy importante que hace que sus creaciones sean conocidas.


2.- DIFUSIÓN. Una vez creada, comienza la difusión, mediante la imitación. Los medios de comunicación especializados, junto con grupos pequeños de consumidores influyentes, pioneros, celebridades, empiezan a enseñar y lucir estos nuevos diseños, generando el deseo por parte del resto de los consumidores a vestir igual o similar a lo que ven. No todo se imita indiscriminadamente, solo aquello que suponiendo cierta ruptura con lo anterior, puede ser asimilable por el consumidor. Nadie cambia radicalmente de gusto, todo el mundo tiene su estilo y este evoluciona con pasos tranquilos, no de forma brusca. En numerosas ocasiones, cambios radicales y bruscos, han sido percibidos como meras extravagancias de diseñador.

3.- MASIFICACIÓN. No mucha gente puede permitirse el lujo de tener un Dior o Versace en el ropero de su casa, pero si le gustaría vestir de forma similar. Es en ese momento cuando comienza el trabajo de marcas como Zara, Mango, GAP o H&M. Sus equipos de diseño, plasman en ropa asequible para la mayoría, aquellas tendencias, diseños, prendas que han visto en los creadores y que consideran que tendrán una aceptación social importante de la gente. El consumidor, es consciente de que no lleva un producto de lujo, pero si una prenda que esta a la moda a un precio razonable.
En un mundo global, y con tiendas en los cinco continentes, estas marcas "democratizan" la moda. Es posible ver los mismos looks en París, Tokio, Nueva York o Buenos Aires. 

4.- DECADENCIA. Cuando la moda se ha extendido de tal forma que ya no se ve como una innovación o una nueva creación, cuando estamos ya cansados de ver una y otra vez lo mismo o cosas muy similares, tampoco los creadores lo perciben ya como algo suyo y no la reconocen. En ese momento, la industria necesita un nuevo cambio, y son precisamente las empresas, con sus firmas y diseñadores, los que generan nuevas tendencias y diseños para alimentar la rueda del consumo masivo de ropa, generándose así un nuevo ciclo de moda. Esta decadencia no se produce de forma repentina. A través del uso generalizado llegamos al nivel de saturación de una moda, generándose la necesidad de una nueva.  


Este es el esquema tradicional de la generación y desarrollo de una moda que ha sido válido durante muchos años. Los importantes cambios en el comportamiento del consumidor que se han generado muy rápidamente en los últimos tiempos, por los factores que indicaba al comienzo del artículo, información masiva, y crisis económica, además de otros cambios sociales menos perceptibles, pero que poco a poco van calando en la sociedad, pueden hacernos pensar que estamos en una renovación total de los conceptos y de la maneras en las que se desarrollaba hasta ahora la moda.

La necesidad continua de cambio, de querer ver rápidamente ropa nueva, propiciada por la aparición del fenómeno de "fast fashion", ha permitido poner de forma masiva, y a precios relativamente bajos, diferentes colecciones a lo largo de una temporada. El desarrollo tecnológico en la producción textil, que permite sacar tiradas cada vez más pequeñas de productos a coste muy competitivo, los avances en la logística, que facilitan aprovisionamientos rápidos en casi cualquier parte del mundo, han contribuido en acelerar estos procesos. Recientemente, un responsable de una de las cadenas españolas más importantes de "fast fashion", decía que la vida máxima de un producto en la tienda, no podría ser superior a un mes, excepción hecha, claro está de los básicos, pero que si la prenda no funcionaba en la primera semana, lo mejor que se podría hacer era retirarla, porque no se vendería y únicamente ocuparía un espacio en percheros y en mesa que no se iba a rentabilizar.

Incluso, uno de los códigos fijos de los diseñadores de pret-a-porter, la presentación de dos colecciones al año, SS (primavera/verano) y FW (otoño/invierno), está alterándose con la aparición de Colecciones Crucero o entré temporadas. Todos estos cambios sociales, económicos, tecnológicos, nos llevan a hacernos la pregunta con la que titulaba el artículo, ¿Estamos ante el inicio del fin de los ciclos de la moda?.      

   

miércoles, 14 de agosto de 2013

LA MODA. UNA INDUSTRIA, UNA EMPRESA

"Bienvenidos a la jungla". Y cuando digo jungla no pretendo exagerar, porque el mundo de la moda, que no deja de ser sino una industria, es una selva muy parecida a la de cualquier otro sector industrial, en el cual lo que todos los actores buscan es cuando menos la supervivencia, sino el éxito.

No hace falta bucear mucho en internet, para encontrar cientos, de "marcas", "diseñadores", "tiendas de moda", "shop on-line", donde se ofrecen "diseños originales", "creaciones exclusivas", "estilos diferentes", y es que parece, que cualquiera que sepa dibujar un poco y que tenga cierto gusto, puede llegar a creerse una Coco Chanel o un Balenciaga y pensar que todo el mundo caerá rendido a sus pies ante sus creaciones, y es que en este mundo también hay mucho "ego". En la mayor parte de los casos, y siendo optimistas, podrán vender algo, fundamentalmente entre sus familiares, amigos, conocidos, y también a algún o alguna despistada, que no se sabe bien porque motivo, le ha entusiasmado esa ropa. Es posible incluso, que tenga cierta repercusión a nivel local. Se podrán ganar la vida durante algún tiempo, pero su permanencia en el mercado será efímera y al final, salvo contadas excepciones, acabará cerrando su "chiringuito" y pensando que el mundo no estaba aún preparado para "asimilar su enorme talento creativo".

Para tener éxito en el mundo de la moda, sin duda hay que tener talento, pero por si solo no es suficiente. La idea inicial que he querido trasmitir, es que la moda es una industria, y esta perspectiva no debe de perderse en ningún momento si se quiere hacer algo interesante en este mundo.

Lo primero que hay tener claro, es si hay mercado potencial para el "producto" y llamo producto a las creaciones, a la ropa que se diseña o se quiere vender. Y en este punto, básico de partida, es donde se deben de hacer las preguntas necesarias, ¿lo que diseño gusta?, ¿se puede vender?, ¿hay clientes dispuestos a comprarlo? ¿donde lo voy a vender?, y en función de las respuestas que obtengamos actuaremos en consecuencia. De nada sirve diseñar anoraks para vender en el ecuador o chanclas en Alaska. Los diseños más bonitos que nos parezca a nosotros que hacemos, deberemos de adaptarlos a los clientes si queremos venderlos. En una sociedad como la actual, con tantas alternativas de consumo, y con unos clientes, que poseen una gran cantidad de información, estaríamos condenados al fracaso si no escuchamos al cliente y si no conocemos sus gustos. Si llegamos a la conclusión de que si podemos tener clientes, continuamos todo el proceso.

Donde nos vamos a posicionar, ¿fast fashion?¿slow fashion?¿pret-a-porter?¿haute couture?, a quien nos dirigimos, ¿moda masculina?¿moda infantil?¿moda femenina?¿moda nupcial?¿ropa deportiva?, Donde queremos vender, ¿tiendas propias?¿tiendas multimarca?¿corners en grandes almacenes?¿venta por internet?. Que dimensión quisiéramos tener. Donde vamos a fabricar, Como vamos a distribuir. De que recursos disponemos. Cual será nuestra estrategia de comunicación. Como crearemos nuestra marca. Que haremos para conseguir visibilidad y darnos a conocer. Como utilizaremos las redes sociales. Todas estas son solo una pequeña parte de las cuestiones a las que se debe dar respuesta si se quiere tener una oportunidad de éxito en cualquier tipo de negocio y la moda es uno más.


En una situación como la actual donde cada día vemos como marcas de reconocido prestigio cierran o se ven abocadas a un ERE para poder subsistir y donde grandes diseñadores tienen graves dificultades para seguir manteniendo abiertos sus talleres, es más necesario que nunca, tener un enfoque empresarial de la moda y no que el "ego" de creador se imponga en todo el proceso.

"CREA COSAS BONITAS PARA VESTIR A LA GENTE, DE LO CONTRARIO, SOLO CONSEGUIRÁS PERCHEROS DE ROPA QUE NADIE SE PONE"
















viernes, 2 de agosto de 2013

UN ICONO DE LA MODA MUNDIAL: DIANA VREELAND

Un día como hoy, 2 de Agosto, hace 24 años, fallecía de un infarto en NY con 86 años Diana Vreeland.

Cuando en 1936, Carmel Snow, editora de Harper´s Bazaar, queda fascinada en un baile, por una joven que llevaba un vestido de encaje blanco de Chanel, y le ofrece un puesto de trabajo como columnista de moda en la revista, poco se imaginaba que se estaba empezando a escribir una de las páginas más importantes en la historia de la moda. Cuando Carmel Snow le ofrece el trabajo, ella se apresura a contestar, "nunca he estado en una oficina, ni me he vestido antes de mediodia", a lo que Snow contesta "Pero pareces saber mucho de ropa"

Ya desde el principio Diana Vreeland comenzó a destacar y así en noviembre de 1936 escribe por primer vez su columna Why don´t you? que no se dejó de publicar hasta 1963, año en que dimite en Harper´s para pasar a ser la editora jefe de Vogue. En esta columna, reflejó mucho de su personalidad, anárquica y con una profunda imaginación y tuvo una gran influencia sobre las mujeres americanas de la época. Ella descubre a Lauren Bacall, como actriz, lanza la carrera de modelo de Twiggy, para algunos considerada la mejor modelo de todos los tiempos, y preludio de lo que luego serían las top-models,

Ya durante la campaña electoral que llevo a John F. Kennedy a la presidencia de los EE.UU. Vreeland se convirtió en asesora de estilo de Jaqueline Kennedy, a quien a menudo aconsejaba sobre diversas cuestiones relacionadas con el mundo de la moda y el estilo. Fue la mujer que introduciría dentro de la moda americana, y muy a pesar de los mas reaccionarios, los pantalones vaqueros y el biquini, a los que calificó como "las cosas más hermosas que he visto nunca".

En Harper,s Bazaar, ella reinventó la profesión de editor de moda. Escogía la ropa que se presentaba en la revista, supervisaba todas las fotografías y trabajaba junto a las modelos. "Se lo que se van a poner, antes de que se lo pongan, se lo que van a comer, antes de que se sienten en la mesa", hasta ese punto, llegaba la influencia de la revista. Antes de ella, las editoras de moda eran "señoras de la alta sociedad que les ponían sombreros a otras como ellas". No creía que debía de llamarse, "revistas de sociedad", ya que estaba pasado de moda y además prácticamente no existía."Solo cuenta la personalidad. Gente con una personalidad atractiva es lo más fascinante del mundo, su conversación, sus gustos, sus intereses, el ambiente que crean alrededor de ellos, son cosas sobre las que si vale la pena publicar".

Cuando no se consideró en Harper´s la posibilidad de que Diana Vreeland sustituyese a Carmel Snow, como directora, decidió dejar la revista y en 1963, pasa a dirigir Vogue, hasta ese momento menos relevante y con menos influencia. Su incorporación convirtió a la revista en un fenómeno. Desde la dirección de la misma, disfrutó de los años sesenta, años de cambios sociales muy profundos que ella supo incorporar con éxito, y con diferentes personas a las que convirtió en iconos y que encarnaron su defensa por la belleza de lo diferente. "Lo que estas revistas mostraron, fue un punto de vista, que mucha gente no tenía, había que tenerles en cuenta y aun más lo que ellos esperaban de las revistas"

En 1971 cuando es despedida de Vogue, se convierte en asesora del Costume Institute del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, organizando exposiciones de muchísimo éxito que atrajeron a un cantidad de visitantes, hasta ese momento desconocidas.

En el prólogo de Allure, libro de imágenes realizado por ella misma junto con su colaborador, Christopher Hemphill, el diseñador Marc Jacobs, dice de ella. "Se convirtió en el arquetipo y en el estereotipo de una editora de moda. Nadie ha sido como ella. Ha habido personalidades fuertes, pero no ha habido otra Diana Vreeland. El espiritu de descubrimiento y la celebración de lo diferente y nuevo es lo que hace grande a una editora. Diana Vreeland, fue pionera en esa clase de acercamiento".




Otros contenidos: Facebook SOPELANASTYLE, Twitter SOPELANASTYLE