Internet y su capacidad para difundir información a nivel global y de una manera rápida y el fin de un ciclo de bonanza, sustituido por una
crisis económica sin precedentes, están alterando de forma radical la forma en que la gente nos enfrentamos a la compra de moda. Desde el sofá de casa, cómodamente, podemos ver toda la oferta que se ofrece por parte de
las marcas, y elegir. Por otra parte, la situación económica, nos ha llevado a reorganizar nuestras prioridades en el gasto, y
el vestir, que es una de las necesidades básicas del hombre, también se ha visto afectado. Este nuevo contexto en el que nos movemos, puede alterar sustancialmente lo que durante mucho tiempo han sido los
ciclos tradicionales en los que se mueve
la moda.
Se pueden considerar 4 etapas bien diferenciadas en cada uno de los ciclos en los que se mueven la moda.
1.- CREACIÓN. Las grandes empresas de moda
LVMH,
Kering, con todas sus marcas,
Dior,
Chanel,
Armani, Versace, Cavalli o Michael Kors, solo por citar algunas, tiene un papel fundamental a la hora de desarrollar tendencias. Recogen todas las impresiones de los
coolhunters, para luego decidir diseños, texturas, colores que luego traducirán en colecciones. Cuentan con la colaboración de los medios de difusión necesarios,
revistas especializadas,
directores de moda, estilistas influyentes, en una simbiosis empresarial muy importante que hace que sus creaciones sean conocidas.
2.- DIFUSIÓN. Una vez creada, comienza la difusión, mediante la
imitación. Los
medios de comunicación especializados, junto con grupos pequeños de
consumidores influyentes, pioneros, celebridades, empiezan a enseñar y lucir estos nuevos diseños, generando el deseo por parte del resto de los consumidores a vestir igual o similar a lo que ven.
No todo se imita indiscriminadamente, solo aquello que suponiendo cierta ruptura con lo anterior, puede ser asimilable por el consumidor. Nadie cambia radicalmente de gusto, todo el mundo tiene su estilo y este evoluciona con pasos tranquilos, no de forma brusca. En numerosas ocasiones,
cambios radicales y bruscos, han sido percibidos como meras
extravagancias de diseñador.
3.- MASIFICACIÓN. No mucha gente puede permitirse el lujo de tener un
Dior o
Versace en el ropero de su casa, pero si le gustaría vestir de forma similar. Es en ese momento cuando comienza el trabajo de marcas como
Zara, Mango, GAP o H&M. Sus
equipos de diseño, plasman en ropa asequible para la mayoría, aquellas
tendencias, diseños, prendas que han visto en los creadores y que consideran que tendrán una aceptación social importante de la gente. El consumidor, es consciente de que no lleva un producto de lujo, pero si una prenda que esta a la moda a un precio razonable.
En un mundo global, y con tiendas en los cinco continentes, estas marcas
"democratizan" la moda. Es posible ver los mismos
looks en
París, Tokio, Nueva York o Buenos Aires.
4.- DECADENCIA. Cuando la moda se ha extendido de tal forma que ya no se ve como una
innovación o una
nueva creación, cuando estamos ya cansados de ver una y otra vez lo mismo o cosas muy similares, tampoco los creadores lo perciben ya como algo suyo y no la reconocen. En ese momento, la industria necesita un nuevo cambio, y son precisamente
las empresas, con sus
firmas y diseñadores, los que
generan nuevas tendencias y diseños para alimentar la rueda del consumo masivo de ropa, generándose así un
nuevo ciclo de moda. Esta decadencia no se produce de forma repentina. A través del uso generalizado llegamos al
nivel de saturación de una moda, generándose la necesidad de una nueva.
Este es el esquema tradicional de la generación y desarrollo de una moda que ha sido válido durante muchos años. Los importantes cambios en el comportamiento del consumidor que se han generado muy rápidamente en los últimos tiempos, por los factores que indicaba al comienzo del artículo,
información masiva, y crisis económica, además de otros cambios sociales menos perceptibles, pero que poco a poco van calando en la sociedad, pueden hacernos pensar que estamos en una renovación total de los conceptos y de la maneras en las que se desarrollaba hasta ahora
la moda.

La necesidad continua de cambio, de querer ver rápidamente ropa nueva, propiciada por la aparición del fenómeno de
"fast fashion", ha permitido poner de forma masiva, y a precios relativamente bajos, diferentes colecciones a lo largo de una temporada. El
desarrollo tecnológico en la producción textil, que permite sacar tiradas cada vez más pequeñas de productos a coste muy competitivo,
los avances en la logística, que facilitan aprovisionamientos rápidos en casi cualquier parte del mundo, han contribuido en acelerar estos procesos. Recientemente, un responsable de una de las cadenas españolas más importantes de
"fast fashion", decía que la vida máxima de un producto en
la tienda, no podría ser superior a un mes, excepción hecha, claro está de
los básicos, pero que si la prenda no funcionaba en la primera semana, lo mejor que se podría hacer era retirarla, porque no se vendería y únicamente ocuparía un
espacio en percheros y en mesa que no se iba a rentabilizar.
Incluso, uno de los códigos fijos de los diseñadores de
pret-a-porter, la presentación de dos colecciones al año,
SS (primavera/verano) y FW (otoño/invierno), está alterándose con la aparición de
Colecciones Crucero o entré temporadas. Todos estos cambios sociales, económicos, tecnológicos, nos llevan a hacernos la pregunta con la que titulaba el artículo,
¿Estamos ante el inicio del fin de los ciclos de la moda?.